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¡Judaismo!

Jukat

7 de Tamuz 5757; 12 de julio 1997

Contenido:
  • Resumen de la Parashá
  • Comentario a la Parashá
  • Haftará
  • ¡Canta, Mi Alma!
  • Yom Shabat Kadosh
  • Información sobre la suscripción
  • Or Sameaj en el Web

    This publication is also available in the following formats: [Text] [Word] [PDF] Explanation of these symbols


  • Resumen de la Parashá

    Contenido

    Se detallan las leyes de la Pará Adumá (vaca roja). Estas leyes de purificación espiritual deben emplearse cuando alguien entra en contacto con los muertos. Después de que la nación"deambula" durante casi cuarenta años en el desierto, fallece Miriam, y es enterrada en Kadesh. El pueblo se queja de la falta de su provisión de agua, que hasta ahora había recibido en forma milagrosa en mérito de la santidad de Miriam. Aarón y Moshé rezan por el bienestar del pueblo. Hashem les ordena que reúnan a la nación en Merivá, y le hablen a una roca determinada para que el agua surja de ella. Perturbado ante la falta de fe del pueblo, Moshé golpea a la roca, en vez de hablarle. Es así como fallan en el intento de demostrar el poder que tiene Hashem sobre el mundo, lo cual sí se hubiera logrado si hubieran producido agua con tan sólo hablarle a la roca. Por consiguiente, Hashem les anuncia a Moshé y Aarón que ellos no llevarán al pueblo a la Tierra. Los israelitas prosiguen con sus viajes, pero debido a que el reino de Edom, descendiente de Esav, les niega el paso por su país, no viajan por la vía más directa hacia Eretz Israel. Una vez que llegan al Monte Hor, fallece Aarón, y su hijo Elazar es investido con sus vestiduras y sus responsabilidades sacerdotales. Aarón era venerado por todo el pueblo, por lo que ahora Israel cumple con un período de duelo nacional de treinta días. Los israelitas se enfrentan a Sijón el Amorreo, que lucha contra ellos para que no pasen por su territorio. Como consecuencia, los israelitas conquistan las tierras que antiguamente Sijón había conquistado de los amonitas, en la costa oriental del Río Jordán.




    Comentario a la Parashá

    Contenido

    "Este es el decreto (jok) de la Tora" (19:2)

    La mitzvá de la Pará Adumá (vaca roja) es el "jok" (decreto) esencial que desafía al entendimiento humano.

    El mundo es como un 747. A ningún piloto se le ocurriría sentarse ante el panel de mando de un 747 antes de saber cómo navegar la aeronave en todas las condiciones climáticas, y en todas las situaciones posibles. Tiene que saber cómo despegar, cómo aterrizar, cómo balancear los alerones. Tiene que conocer las funciones de cada uno de los botones y los interruptores que tiene enfrente. Tiene que ser profesional. Las vidas de 500 personas dependen de su juicio y su experiencia.

    Cada judío es un "piloto" . Tenemos que saber cómo volar el 747 de la vida. Cada halajá es un interruptor de la cabina de nuestro 747. Y únicamente con la ayuda de la Torá podremos volar por el cielo de la vida sin hundirnos en el mar.

    La profundidad de las mitzvot es imposible de entender, puesto que las mitzvot son expresiones de la Voluntad del Creador, y trascienden el conocimiento de Sus creaciones. Pero lo que sí sabemos es que las mitzvot son el panel de mando que conducen al mundo espiritual.

    No podemos comprender de qué modo obra cada mitzvá, pero eso no debe interferir con la precisión y la escrupulosidad con que debemos llevarlas a cabo. Ningún piloto sabe por qué su avión vuela por el aire. Pero lo que sí tiene que saber es cómo hacer que vuele. El hecho de que no sepa explicar por qué el aire que pasa por debajo de las alas hace que el avión vuele, de ningún modo reduce su concentración, cuando está sentado sobre dos toneladas de metal que se lanzan en picada a más de cien millas por hora. En ese momento, a él no le importa en absoluto el hecho de que no entienda la dinámica del vuelo. El es conciente de que, a menos que tenga un desempeño impecable, este vuelo no tiene mucho futuro!

    (Oído de Rabí Simja Waserman ztz''l)


    Del mismo modo, si alguien nos preguntara para qué comemos, le responderíamos que tenemos que comer para poder vivir. Y si nos preguntara por qué comemos comida, en vez de piedras, le diríamos que las piedras no contienen los nutrientes necesarios para poder sobrevivir, pero por qué los humanos necesitan esos nutrientes, y por qué no podemos extraerlos de las piedras, eso no podríamos responderle, pues eso solamente Hashem lo sabe. Si bien comemos para seguir vivos, Hashem creó el mundo de forma tal que además la comida tiene sabor y aroma agradables. Pero no debemos confundir el sabor de la comida con el motivo por el cual comemos.

    Las mitzvot son el alimento espiritual de la neshamá (alma). Nosotros no podemos entender cómo es que cada mitzvá en particular le provee sustento al alma, así como tampoco entendemos cómo cada proteína en particular le da sustento al cuerpo. Hashem quiso que las mitzvot nos resultaran agradables, de modo que les infundió sabor -ideas y lecciones- que sí podemos entender. Sin embargo, no debemos confundir el sabor de la mitzvá con su motivación verdadera, igual que no debemos comer simplemente para satisfacer las papilas gustativas.


    "Este es el decreto (jok) de la Tora" (19:2)

    Existen dos clases de letras. Las letras que se escriben, y las letras que se graban. La diferencia está en que las letras que se escriben esencialmente se encuentran separadas del papel en el que fueron escritas. No son parte del papel o el pergamino. Las letras son de tinta, y se adhieren al papel, y recién entonces puede decirse que conforman un solo ente.

    Sin embargo, las letras grabadas pertenecen al mismo medio sobre el que fueron escritas. No hay distinción entre lo que está escrito y sobre qué está escrito; las letras no son entes separados y externos, sino que más bien, surgen de la propia piedra.

    La Torá fue dada en la forma de tablas grabadas, para enseñarnos que no debemos tomarla como algo ajeno a nosotros, sino que, por el contrario, el pueblo judío y la Torá son un ente único e indivisible. "Israel, la Torá y el Santo Bendito Sea, son Uno". Las palabras de la Torá están grabadas en la tela de nuestro corazón, no meramente bordadas. Ellas deben penetrar en las recámaras más profundas y más recónditas de nuestra identidad, deben atravesarnos, así como las tablas de la Torá podían leerse de ambos lados.

    En hebreo, la palabra "grabado" tiene la misma raíz que la palabra que expresa el decreto que va más allá de la comprensión humana: jok. Nuestra actitud frente a la Torá debe ser la misma que respecto del jok. Si bien no entendemos el jok, de todos modos lo cumplimos, porque es la Voluntad de nuestro Padre del Cielo. Con esa misma actitud debemos cumplir con todas las mitzvot, inclusive aquéllas que pensamos que sí entendemos, simplemente por el hecho de que están grabadas en las tablas de nuestro corazón, como decretos del Rey de Reyes.

    Adaptado de Rabí Shlomo Yosef Zevin, ztz''l




    Haftará

    Shoftim 11:1-13

    Contenido

    El Historiador.

    Un componente esencial de la sabiduría es saber que cuando el hombre no logra comprender la verdad, no significa que ésta no sea verdadera. Así como en la sidrá de esta semana, el Hombre no llega a comprender la ley de la Pará Adumá, que es parte del mundo espiritual, lo relativo a la historia es un misterio para todo el mundo, excepto para Aquél que escribe la historia. Por eso, la Haftará describe el acceso "ahistórico" de Yifta al rango de jefe, a pesar de sus humildes orígenes.


    Canta, Mi Alma!

    Comentarios sobre las Canciones que cantamos en la mesa de Shabat a través de las generaciones.

    Yom Shabat Kadosh

    "El dia de Shabat es sagrado"

    "Sus Leyes nos fueron encomendadas en mará...."

    Esta referencia a la afirmación de nuestros Sabios (Sanhedrin 56b) de que las leyes de Shabat les fueron ordenadas a los israelitas cuando acampaban en Mará, antes de llegar al Sinaí, plantea un interrogante obvio: ¿Por qué Hashem nos dio el Shabat antes de darnos el resto de la Torá? Para poder ser dignos de recibir la Torá, sugiere Rabí Moshe Jaim Luzzatto, los judíos debían santificar sus almas. El Shabat tiene la capacidad de elevar el alma del judío a las alturas más encumbradas, y por eso sirvió de introducción a la recepción de toda la Torá en el Sinaí.


    Escrito y Recopilado por: Rabino Yaakov Asher Sinclair
    Editor y Responsable: Rabino Moshe Newman
    Diseño de Producción: Lev Seltzer
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